
Aunque un escenario así no ha sucedido nunca, no es para nada improbable. Dejando a un lado los estados teóricamente afianzados por los dos candidatos, si Clinton ganara en Pensilvania y Colorado y Trump lo hiciera en el resto de los decisivos (Florida, Ohio, Nuevo Hampshire, Nevada, Carolina del Norte y Iowa), el resultado sería de empate a 269. En el caso de que Pensilvania y Colorado pasaran al controvertido empresario y la ex primera dama se alzara con Florida, el desenlace sería el mismo, 269, por lo que ninguno alcanzaría la mágica cifra de 270 que marca la mayoría.
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