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ENCUESTA ARENOSO

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Que fuerte fue llegar a esa escuela hoy encontrarse con el pupitre de Ángela Encarnación de esta manera.


Con una fotografía pegada en su pupitre, un ramillete de flores y una paleta de corazón encima de ese puesto, recordaron hoy, Día de San Valentín, a la pequeña Ángela Encarnación, en el Colegio Don Bosco, centro en el que estudiaba. Sus compañeros y tutor del aula no quisieron olvidarla. Ese detalle, hizo que su presencia y alegría que la caracterizaba, estuviera presente en una ocasión tan especial como lo es el Día del Amor y la Amistad. Ángela, quien tan sólo tenía seis años, era la menor de los tres niños que fueron encontrados muertos la pasada semana junto a su madre, Reyna Isabel Encarnación. Víctor Alexander Portorreal, quien era pareja de Reyna Isabel y padrastro de los menores, es la persona, de acuerdo a su confesión, que cometió el horrendo crimen y a quien se le fue impuesta prisión de un año como una medida de coerción en la cárcel de San Pedro de Macorís. El confeso asesino de su mujer y tres hijos de ella en el Kilómetro 8 de la carretera Sánchez, engañó a uno de los menores de edad para alejarlo de la escena del crimen diciéndole que una de sus hermanas estaba perdida y tenía que ir a buscarla. Víctor Alexander Portorreal Mendoza no sólo le mintió a Rahamín Bodden Encarnación, de 9 años para completar el macabro final de Reyna Isabel Encarnación Morales, Ángela Bodden Encarnación, de 6 años, y Daniela Bodden Encarnación, de 10 años, también ocultó la información a su tía Johanne Mendoza Cuello, cuando fue a dejar al niño en su casa. La tía del confeso asesino dijo: “Cuando yo salí, que vi el niño le pregunté que por qué lo habían dejado tan tarde y el niño me respondió que Alexander lo había dejado ahí porque iba a buscar a su hermanita que estaba perdida. Cuando Alex llega, le pregunto que como es que el niño me dice que su hermana estaba perdida, ahí él me dice, ya la encontramos en un colmado, yo se la dejé a su mamá para que la corrija” Luego de quitarles la vida a su mujer y los tres niños, Portorreal Mendoza, se comunicó con el dueño del taller donde trabajaba diciéndole que no confiaba en nadie y le mandó el teléfono de los parientes de su pareja para que los contactara.


“Maté al amor de mi vida y ella me amaba con toda su alma y yo también, un amor perfecto y sin peleas, qué triste historia”, escribió quien quería un funeral con muchas motos y una escolta de “todos los bykers que decidan ir”.
Entre risas, Víctor Alexander le habría dicho a Miguel Ureña Marranzini: “Yo no confío en nadie ahora mismo, todo el mundo quiere salvarme, eso no va a pasar, ya yo me voy de este maldito mundo, a mí no me importa lo que pase, ya yo me voy, nos vemos”, según contó Ureña a los fiscales.
La abuela de los infantes contó al Ministerio Público que el trato del victimario con sus víctimas era excelente “pero con la chiquita (niña de 6 años) él siempre la cargaba, le decía mi ñoñita, la buscaba donde su tía”.
Reyna Encarnación le dijo a Krystel Tejeda, amiga de Alexander Portorreal, que él le hizo algo muy grande. “Según me dijo ella, sólo tres hombres le habrían hecho tanto daño así, pero que nunca me iba a decir”, dijo Tejeda.

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