
El Carnet de la Patria es un censo paralelo establecido por el Gobierno, en el que ya hay inscritos 16 millones de venezolanos (la mitad de la población) y a través del que la administración chavista reparte ayudas sociales y los alimentos subsidiados de los que dependen numerosos venezolanos. El presidente Maduro y el resto de la cúpula chavista habían llamado insistentemente a los electores a acudir a las urnas con el Carnet de la Patria, de manera que pudieran registrarse en los puestos habilitados por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) frente a los colegios electorales. Esta práctica, calificada por algunos de ilegal, permite al Gobierno saber quién va a votar. “Entre los que acudieron a votar hay una parte significativa que lo hizo por presión gubernamental”, dice el texto de la MUD, según el cual “quien se vale del hambre del pueblo mediante un sistema electoral fraudulento no debe cantar victoria”.
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