
Adams lo dejó trabajando en el frente de su casa, y cuando volvió a salir, lo vio sumergido hasta la cintura en el enorme charco fangoso que había dejado el salidero de agua. El joven trataba de conectar una tubería de una pulgada que se había reventado. “Cuando volví a salir, el chico estaba allí”, recuerda Adams, todavía incrédula, en declaraciones a la estación local KVUE. Tomó la foto, sin pensarlo mucho la publicó en Facebook y en dos horas personas de lugares tan lejanos como Brasil estaban comentando sobre ella.
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